Este año, el tema del Día Mundial del Medio Ambiente gira en torno a la
contaminación del aire. El aire que respiramos en todas partes del mundo, ya
sea en una gran urbe o en una pequeña aldea, está contaminado. Se calcula que
nueve de cada diez personas en el planeta están expuestas a unos niveles de
contaminación atmosférica que superan los de las directrices sobre la calidad
del aire marcadas por la Organización Mundial de la Salud. Como consecuencia,
nuestra esperanza de vida es menor y algunas economías se están viendo
perjudicadas.
Si queremos mejorar la calidad del aire, debemos saber a qué nos
enfrentamos. Las muertes y enfermedades derivadas de este tipo de contaminación
se deben a unas partículas diminutas que penetran en nuestro organismo cada vez
que respiramos. Estas partículas son producto, entre otras cosas, de la
combustión de los combustibles fósiles que utilizamos para obtener energía y
desplazarnos, de la actividad de la industria química y minera, de la quema de
residuos al aire libre, así como de bosques y campos, y del uso de combustibles
“sucios” para cocinar y calentar los hogares, algo que supone un importante
problema en el mundo en desarrollo.
El aire contaminado se cobra la vida de unos siete millones de personas
cada año, ocasiona problemas de salud de largo plazo, como el asma, y frena el
desarrollo cognitivo de los niños. Según el Banco Mundial, la contaminación del
aire cuesta a la sociedad más de 5 billones de dólares de los Estados Unidos
cada año.
En
este Día Mundial del Medio Ambiente, tomemos todos medidas para respirar
tranquilos. Desde presionar a los políticos y a las empresas hasta cambiar
nuestros propios hábitos, todos podemos reducir la contaminación y ganar la
partida al cambio climático.
Mensaje del Secretario General Antonio Guterres