La ciencia nos ha dado un mensaje claro: el cambio climático a nivel
global está alterando el ciclo del agua. Esto puede provocar que sea más
difícil predecir la disponibilidad del agua, empeorando la escasez de agua,
afectando a su calidad y amenazando al desarrollo sostenible.
Actualmente, se estima que 3 600 millones de personas en todo el mundo
viven en áreas que podrían sufrir escasez de agua al menos un mes al año. Se
prevé que esta cifra podría alcanzar entre 4 800 y 5 700 millones de personas
en el 2050, provocando estrés hídrico entre usuarios del agua y a través de
fronteras políticas.
Sin embargo, el agua también puede ser un factor crucial en la lucha
contra el cambio climático.
La mejora de la gestión del agua en la agricultura, que es la responsable
aproximadamente del 70% de las extracciones de agua, es una componente esencial
para alcanzar la seguridad alimentaria a través de estrategias de mitigación y
adaptación al cambio climático. Limitar el calentamiento global a 1.5°C sobre
los niveles preindustriales, frente a un aumento de 2°C, puede marcar una gran
diferencia en el acceso al agua en zonas afectadas por la escasez de agua.
Existe una necesidad urgente de formular políticas y planes de acción
que adopten un enfoque integrado sobre el cambio climático y la ordenación de
los recursos hídricos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
y el Acuerdo de París.
Celebra con nosotros este día tan especial y sigue la cuenta de
Twitter @FAOLandWater para descubrir más acerca del Día Mundial del
Agua 2020 con el tema “Agua y Cambio Climático” y sobre cómo la FAO junto con
los socios del Marco Global de la Escasez de Agua en la Agricultura (WASAG)
apoyan a los países a enfrentarse a hacer frente a las presiones inducidas por
el cambio climático en los recursos hídricos para la agricultura.
Mensajes clave
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El aumento de la resistencia de las comunidades rurales al estrés
hídrico les brinda alternativas a la migración forzada.
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Gestionar las sequías para reducir su impacto y aumentar la capacidad de
las comunidades rurales para hacerles frente son clave para evitar que las
sequías se conviertan en hambrunas.
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Los agricultores que viven en zonas con escasez de agua necesitan
urgentemente acceso a mecanismos financieros innovadores para impulsar las
inversiones con el fin de garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible
del agua y mejorar su capacidad de recuperación.
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El calentamiento global, combinado con una mayor variabilidad climática,
ofrece nuevas oportunidades agroclimáticas para lograr la seguridad alimentaria
y reducir la desnutrición.
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La gestión sostenible del agua en la agricultura es fundamental para
mejorar la producción agrícola y ahorrar agua.
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Adoptar sistemas de producción de alimentos innovadores y sostenibles es
clave para enfrentar los desafíos de los suelos y el agua cada vez más salinos.